que viene a ser alrededor de tres días. Durante este tiempo soy invencible, no hay medicamento o invento que pueda conmigo, cuando llego a la nariz de un niño me empiezo a reproducir y desdoblar y formamos una colonia grande con todos mis
hermanos. El niño intenta expulsarnos de cualquier manera, fabrica mocos para que no puedan llegar más amigos míos, tose y estornuda para expulsarnos fuera, aumenta la temperatura del cuerpo para intentar jorobarnos, somos sensibles al calor, es como una guerra, intenta defenderse pero no tiene ninguna posibilidad contra nosotros, sus defensas todavía no han madurado suficiente.
Una vez conquistado el territorio intentamos avanzar en lo que ellos llaman colegio. ¡Pobres niños!, es tan sencillo que a veces me da vergüenza invadirlos tan fácil, tan abrigaditos, siempre encerraditos en clase, sin salir a airearse al patio, es como ganar una carrera a un cojo. Saltamos por el aire en las gotas de estornudo, pero a mi me gusta más saltar de los mocos a las manos de los grandullones y de ahí vuelta a las narices o a través de los
ojos también pasamos, la conjuntiva es tan finita y húmeda, es una puerta que me está llamando.
Esta mañana hemos invadido mis amigos y yo a un niño, llevaba tanto abrigo que no podía ni moverse, ha sido fácil, el body, unos leotrardos subidos hasta los sobacos, pantalones de pana, un polo, una sudadera, un super abrigo polar y un gorro de lana y eso que estamos en otoño. Estamos en nuestro caldo calentitos, ¡más bien!, pero de repente el niño ha reaccionado, ha empezado a subir la temperatura a 39 grados casi 40, estábamos mis hermanos y yo ya mareados aturdidos por esa reacción, menos mal que han
actuado rápido los mayores y le han dado ibuprofeno bajando la temperatura, un alivio porque yo ya me veía frito. Además le han dado un jarabe para los mocos que le esta soltando la tripa y con la diarrea el nene esta más débil y nos facilita el avance hacia la victoria final.
Aquí se está muy cómodo, con la clase bien cerrada para que no se ventile, nadie se lava las manos, los niños con cuatro capas de ropa y tomando jarabes que no nos hacen nada y encima alguno toma antibiótico que nos
hace reír, a las bacterias si pero a nosotros, ja, somos indestructibles.
Uy, que ya han pasado tres días, adiós, que nos vamos.
Vist aquí